domingo, 13 de septiembre de 2009

Como una fan enamorada



Pocos son los artistas que admiro, suelo ser de admirar el día a día de la gente, es decir admiro a una madre abnegada, a un padre que besa y carga a sus hijos, a un hombre inteligente, a una mujer guerrera etc, pero debo decir a voz en cuello que admiro a un gran compositor y cantante: Rubén Blades.
Confieso que fui a verlo el 2003 por mona, casi toda mi facultad estaría ahí y yo había escuchado por primera vez una canción llamada: yo puedo vivir del amor y dije vamos pues!!.
Fue uno de los mejores sino el mejor concierto que he ido en toda mi vida. Me gusta la salsa pero desde ese día la salsa significó Rubén y desde entonces un genero más que maravilloso. Ese concierto tenía como otros cantantes a Gilberto Santa Rosa, Eva Ayllón, Roberto Blades y no se que hacía ahi Fernando Armas, en fin. Después de todos estos extras (disculpando la fanaticada de cada uno de ellos). Rubén salío, canto, tocó, aconsejó y sobretodo me conmovió, movió mi corazón de una forma que ni un enamoramiento profundo logró hacerlo, yo no sé si los compositores son conscientes de la revolución que pueden causar en la vida de otra persona, yo creo que Rubén lo sabe por eso es tan dedicado a sus fans y tan buen tipo.
Ahi escuché por primera vez El Padre Antonio, Amor y Control, Ligia Elena, Desaparecidos y por primera vez le encontré sentido a Maestra Vida, cuando él con la voz entrecortada grita por Carmelo QEPD. Lo que hizo con Pedro Navaja, Decisiones y Plástico ya fue para realmente sentir que la espera valía la pena. No cantó Yo puedo Vivir del amor.. ok te perdono Rubén porque todo lo que me regalaste fue más que suficiente, quizás con esa canción te iba a buscar a Panamá para decirte gracias Ministro jajajaja.
Cada una de tus canciones me ha enseñado y sobretodo recordado lo importante que es que en la vida seamos gente de verdad, no seres que sigan las corrientes por seguirlas, que seamos auténticos, que valoremos a las personas por lo que son no por lo que tienen, cada una de tus canciones me ha hecho reflexionar mucho y sobretodo conmovido, quien puede ser indiferente ante el pobre Adán García que muere con la pistola de plástico de su chiquillo en la mano después de intentar robar un banco, quien no ha sentido pena y dolor por un pobre Sebastían, transtornado que sigue la luz de un faro pensando que al final está su amada y muere en el barranco; quien puede no indignarse con la madre de Ligia Elena, quien en su cuartito amándose está con ese trompetista tuso que le dijo que Puede Vivir del Amor y sobretodo quien no ha sentido frustración y rabia contra esos asesinos miserables que hicieron de Desaparecidos no una canción sino una realidad en nuestra latinoamerica confundida.
Rubén, ojalá algún día esté frente a ti y te diga lo mucho que te admiro pero más que eso quiero ver a los ojos a un hombre bueno que no le teme a la oscuridad, a un hombre que tiene la capacidad de trabajar con un grupo de boricuas residentes y visitantes que recién empiezan, eso se llama humildad y tu mi querido Rubén de eso tienes mucho.
Este es un agradecimiento profundo a un hombre que sin querer queriendo me ha ayudado a intentar cada día aceptar a las personas con sus diferencias, con sus rarezas, quien lo diría la psicología ayuda mucho pero un corazón conmivido estoy segura que enseña más.
Algún dia Rubén, en el cielo y junto al Señor que tu y yo sabemos nos cuida, tal vez nos encontraremos, ojalá sea antes para tomarnos una foto y ponerla en el facebook jajjaj.
Las disculpas del caso para la gente que considera super huachafo este post.. pero por favor entiéndanme soy una fan o como dicen mis queridos compatriotas son una fans.. y las fanáticas somos asi..
Acá les dejo todas las canciones mencionadas en el post, si tienen un minuto por favor escúchenlas que son una catedra no de salsa, no de música, sino de intentar ser mejor persona.

Sebastián.




Ligia Elena


El Padre Antonio



Yo puedo vivir del amor



Desaparecidos.. desgarradora canción



Plástico:



Adán García



Amor y control: para valorar a nuestras familias